Plantas invasoras cercan a Nueva Venecia: avanzan 200 metros cada 15 días
Ni Corpamag, ni el Ministerio de Ambiente han atendido el SOS de los pobladores.
Nueva Venecia, en la Ciénaga Grande de Santa Marta, en el Magdalena, cada día está más cercada por plantas invasoras.
En la margen occidental del complejo cenagoso, en el acceso a Nueva Venecia, desde el puerto de Sitionuevo, una espesa masa de estas plantas bloquea a las embarcaciones que llegan con visitantes, turistas o habitantes de la población.

Allí encontramos a don Félix Gutiérrez, madrugando, pero no para cumplir su rutina de toda la vida, la pesca.
Este veterano pescador sale todos los días con la primera luz del día a adelantar, artesanalmente, una tarea por la que no han respondido las autoridades ambientales: eliminar las plantas invasoras que inundan el inmenso cuerpo de agua.
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La presencia de estas especies vegetales ha sido un fenómeno cíclico en estas poblaciones palafíticas, pero lo que está ocurriendo por estos días es una emergencia ambiental de una magnitud nunca antes vista por los más longevos de la población.
La situación tiende a empeorar si no hay atención pronta de las autoridades ambientales a nivel departamental y nacional.
Los peces escasean por la presencia de estas plantas que privan del oxígeno a las especies que circundan la ciénaga de Pajaral, agudizando la contaminación de este cuerpo de agua.

Según Félix Gutiérrez, “es la primera vez en su vida” que ve una invasión de plantas acuáticas de semejante dimensión. Recuerda que en otras ocasiones, “uno pescaba en medio de la lama, pero vea, uno tira la atarraya y mire, no es mentira, eso está enterrado. Ahora verás que estoy apurado para arrancarla porque está pegada”, dijo mostrando cómo se encuentra la ciénaga y los restos de maleza.
La alerta fue lanzada inicialmente por jóvenes de la firma Maxdrone, con sede en Barranquilla, tras hacer un análisis multiespectral después de un sobrevuelo en la ciénaga el 9 de junio pasado.
José Otero, CEO de la compañía, dijo que lo que se encontró fue una “proliferación de las plantas invasoras conocidas como ‘taruya’ y ‘rabo de caballo' lo que nos permitió ver que Nueva Venecia se encontraba rodeado de estas plantas”. Además, “con la visión espectral se veía como si estuviera lleno de tierra cuando realmente está rodeado de agua”.
Para el estudio se utilizó la metodología llamada Ecodron que combina imágenes multiespectrales de drone y satélite para, con inteligencia artificial, hacer un análisis con precisión centimétrica.

“¿Qué es importante de esto que identificamos? Que es primera vez en la historia que se tiene para estas problemáticas ambientales inéditas una cantidad de datos ingentes para la toma de decisiones y en este caso, independientemente de los procesos en los que se encuentran las promesas y acuerdos de las entidades ambientales y responsables junto con las comunidades, este dato es complementario”, declaró Otero, quien pone a disposición de la ciudadanía los estudios ambientales adelantados.
Cuarenta días después de esa inspección de Maxdrone, Zona Cero llegó a Nueva Venecia. ¿Qué encontramos?
Las llamadas ‘Cola de caballo’, ‘Taruya’, ‘Lama’ y ‘Batata’ cerraron ya la margen occidental de la ciénaga en Nueva Venecia y amenazan con aislar a la población que se ha visto obligada a, artesanalmente, abrir caminos que permitan el paso de las canoas pesqueras.
Es un SOS que lanzan la comunidad y líderes sociales de la población.
César Rodríguez, presidente de la Junta de Acción Comunal de Nueva Venecia, aseguró a Zona Cero que “uno de los mayores problemas ahora es retirar las plantas”. “Se está extendiendo muy rápido, hace 15 días llegaba hasta cierto punto y ahí podemos mostrar o probar que ya se ha adueñado de 200 metros más hacia el otro pueblo (Buenavista) en menos de 15 días”.

Anticipó el líder comunal que si no hay pronta atención, “en dos meses vamos a tener toda la Ciénaga de Pajaral tapada de esta planta”.
Pescadores curtidos en este oficio sostienen que no solo se están afectando los peces, sino todas las formas de vida del complejo lagunar.

Aníbal Rodríguez, un pescador de 70 años, sostiene que en sus siete décadas de vida, “nunca había visto así la ciénaga”. “Y me duele que la ciénaga se pierda porque tenemos hijos y los nietos chiquitos que son los que van a pasar trabajo. Ya a mi no me importa porque ya tengo mis 70, ya estoy criado, pero me duele la ciénaga, me duelen los caños y la gente”.
Al expresar su dolor y pesar por la ciénaga, se preguntó don Aníbal, “¿para donde vamos a coger si a esta ciénaga no le metemos la mano? Sea media mano o la mano entera, para donde vamos a coger. En tierra nosotros no sabemos trabajar porque para nosotros aquí es la pesca. Y aquí el que viva de otro negocio, vive de la pesca”.

Por las condiciones de la ciénaga, quien quiera llevar el sustento a su casa debe abrirse camino entre las plantas que se encuentran enterradas a una profundidad que en algunos casos puede ser de más de dos metros.
Miguel Ángel Mejía, otro pescador entrevistado por Zona Cero en Nueva Venecia, añade que “uno antes aquí se iba por todas partes por la ciénaga y salía, pero ahora no, ahora tienes que buscar el camino, por donde sales tienes que entrar, la cantidad de peces ya no es igual que antes porque la lama ha matado muchos peces, con plantas podridas también se ha afectado el agua abajo.
Pero no es solo la margen occidental de Nueva Venecia, en el otro extremo, en el ingreso desde Buenavista, ya se observan en la superficie las primeras plantas que podrían aislar por completo a esta población palafítica si no se atiende la alerta de los pescadores de esta ciénaga del Magdalena.
Manuel De las Salas, un pescador del vecino Buenavista, dijo al acercarse en su lancha a Nueva Venecia que “la raíz de la Batata está en el fango y de ahí viene floreciendo”. “Cuando ya florezca bastante se va a tapar aquí, que no se va a poder entrar a Nueva Venecia. Hay Batata y hay Lama agarrada del fango. Uno no puede trabajar bien. Uno tira los trasmallos, las redes y no van abajo. La taruya no deja hundir las redes, tiene uno que estar haciéndoles trocha”.

La comunidad lanza un SOS, pues casi dos meses han transcurrido desde el inicio de la emergencia y no ha habido una intervención de las autoridades.
Según César Rodríguez, presidente de la Junta de Acción Comunal de Nueva Venecia, “a esto hay que meterle máquina, sacar esa planta, pero las entidades que tienen la responsabilidad del medio ambiente en la ciénaga están ausentes”.
Expresó que una vez más, “el Estado no le ha prestado la atención debida a esta problemática en la ciénaga”.
Mientras llega la ansiada ayuda oficial, don Félix Gutiérrez sigue su lucha tratando de mejorar las condiciones del cuerpo de agua.

Nadie le paga un peso y acumula muy cerca las especies vegetales que desprende de la profundidad de la ciénaga, aunque no sea en las condiciones técnicas que signifiquen una solución definitiva, las acumula y el sol las seca.
Precisa que “esta es la primera vez que hay una Lama que no le permite pescar” pues antes “uno pescaba con ella, ahora, uno tira la atarraya y sale barro, mire, no es mentira, eso está enterrado ahora verás que estoy apurado para arrancarla porque está pegada, veala vea, mire, mire”.
Clama don Félix por un acompañamiento de las autoridades a este pueblo olvidado al que solo visitan políticos en campaña y que llenan de promesas cada cuatro años. “Que nos ayuden, porque ya no podemos con esto. Esta porquería. No tienen donde tirar trasmallo. La atarraya, que atarraya va a caer aquí. Esto cae y no cae al barro. Mira, no es mentira”.

Hoy la ciénaga sigue en el abandono estatal, la población reclama la presencia de maquinaria que se necesita para limpiar la ciénaga.
Los pescadores exigen acciones de Corpamag y el Ministerio de Ambiente, entidades que tienen la responsabilidad de cuidar el ecosistema de la ciénaga que enfrenta la más grande crisis ambiental de la historia.
